Esta desgraciada nueva crisis económica que sucede a la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia del COVID19, vuelve a poner de manifiesto las graves desigualdades que padece nuestra sociedad, que se manifiestan como siempre de la peor manera en las capas menos favorecidas de la misma. Las colas del hambre se han hecho presentes en casi todos los barrios de clase trabajadora del país para vergüenza y escarnio del mismo. En estos momentos es preciso que todos colaboremos en la medida de lo posible a paliar esas necesidades de los que lo están pasando francamente mal, en la esperanza, de que medidas como la renta mínima recientemente aprobada por el gobierno de la nación contribuyan a minimizar los efectos de esta situación, al menos en lo que a las necesidades básicas se refiere.
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