LA UTOPÍA COLBERTISTA DE LAS NUEVAS MANUFACTURAS
LA EXPERIENCIA DE NUEVO BAZTÁN
Durante la Guerra de Sucesión española, el humanista, empresario y tesorero real Juan de Goyeneche (1656-1735) y el arquitecto José
Benito de Churriguera (1665-1725) levantaron la ciudad industrial de Nuevo Baztán, cerca de Madrid. Impulsada por el espíritu reformista
de los novatores, como el propio Goyeneche, e inspirada en el modelo económico que desarrolló en Francia Jean Baptiste Colbert, ministro de finanzas de Luis XIV, la "Grande Fabrique de Nuevo Baztán" supuso la introducción en España de un moderno sistema de producción de objetos suntuarios (textiles, vidrios, licores, papel, etc.) destinados no solo a satisfacer la demanda de la corte sino también a la exportación y comercio internacional, anticipándose a las Reales Fábricas españolas como la de Paños de San Fernando inspirada en este precedente y constituyendo una experiencia pionera en Europa por su dimensión territorial y su impacto demográfico y económico en la comarca, al tiempo que añadía una nueva ciudad al mapa de España.
El triunfo de la Ilustración marcó el fin de esta utopía y el cese de toda actividad industrial, convirtiéndose Nuevo Baztán en un pueblo agrícola y residencial, que todavía sorprende por el rigor de su trazado la belleza y monumentalidad de sus edificios principales, testigos elocuentes de esta portentosa iniciativa, cuyo alcance solo podemos entender conociendo a sus artífices, Goyeneche y Churriguera, las distintas fábricas y sus productos, la vida cotidiana del lugar, su cuidada arquitectura y su impecable forma urbana.
Visita recomendada cuando el calor lo permita, a este ilustre pueblo de la Alcarria madrileña.
LAS REALES FÁBRICAS Y LAS NUEVAS POBLACIONES INDUSTRIALES ILUSTRADAS.
La asimilación del pensamiento ilustrado sobre el necesario y urgente impulso de la industria y el comercio por parte del Estado, se materializaron en España en la creación de Reales Manufacturas y otras experiencias productivas, fábricas de artículos suntuarios, metalurgia y textiles, que serían controlados en régimen de monopolio. No obstante, desde el punto de vista urbanístico las industrias del siglo XVIII en contadas ocasiones produjeron grandes transformaciones urbanas y edificatorias en las poblaciones ya existentes, siendo también muy escasa la creación de poblaciones de nueva fundación de relieve, lo cual hace singular el caso del Real Sitio de San Fernando, donde se proyecta la fábrica, la población para sus operarios y se ordena racionalmente su territorio circundante conforme a las necesidades de las manufacturas proyectadas.
EL CASO DE SAN FERNANDO
San Fernando, próximo a la Corte, fue incorporado a la Corona en 1746 a instancias del rey Femando VI con el objetivo de establecer una Real Fábrica de Paños. En su trazado urbano, nunca colmatado según la idea original y profundamente desvirtuado con el tiempo, se produce un trasvase a fines utilitarios de esquemas de composición clásicos del último barroco internacional.
Según refleja la cartografia y planos conservados, la Corona no busca aquí expresar su prestigio personal creando una ciudad cortesana con la industria subordinada al contenedor palacial, sino que reclama su papel de promotora de la industria.
El difundido plano del Real Sitio firmado por Vargas Machuca hacia finales del S. XVIII, confirma en sus rotulaciones la predominante finalidad fabril que tuvo la
población y no la regia residencial que le asignaron algunos autores.
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