SITUACIONES EXCEPCIONALES EXIGEN MEDIDAS EXCEPCIONALES
1 de noviembre de 2024.
La magnitud de la catástrofe causada por la DANA ha superado todas las previsiones, especialmente en Valencia, donde se ha registrado el mayor número de víctimas, personas desaparecidas y daños en viviendas, equipamientos e infraestructuras públicas. Esta situación excepcional requiere medidas extraordinarias para enfrentar un desastre que ha dejado a miles de personas en situación de emergencia.
Es admirable el esfuerzo de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de los servicios de emergencias, que están trabajando en condiciones extremadamente difíciles para llevar ayuda a los lugares más afectados.
Para responder a la crisis, el Gobierno ha desplegado a la Unidad Militar de Emergencias (UME) con 1.200 efectivos, sumando además otros 500 de Infantería de Marina para reforzar el operativo. Sin embargo, dada la magnitud de la devastación y la gran cantidad de vías intransitables que complican un despliegue rápido, sería necesario movilizar aún más unidades especializadas para abrir caminos, despejar obstáculos y colaborar en las labores de búsqueda, limpieza y asistencia a la población.
Desde la Plataforma Cívica San Fernando de Henares, al igual que muchos ciudadanos de todo el país, sentimos como propio el dolor y la tragedia que están viviendo tantas personas. Confiamos y deseamos que la ayuda llegue con rapidez y eficacia a donde más se necesita, evitando que la población experimente la sensación de abandono que vemos a través de los medios de comunicación en los trece municipios valencianos más golpeados, con una población conjunta de más de 300.000 personas. En estas zonas, los propios ciudadanos, con escasos medios, intentan despejar calles repletas de vehículos amontonados y barro por todas partes.
Si bien la solidaridad ciudadana está siendo admirable, es crucial que este esfuerzo sea respaldado por el Estado con todos los recursos necesarios. La magnitud de la emergencia requiere una respuesta a la altura para restaurar, lo antes posible, la seguridad y la normalidad en estas zonas devastadas.
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