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21 de febrero de 2025.
No es la primera vez que nos referimos a ello, pero San Fernando de Henares y Coslada han experimentado una notable pérdida de población en los últimos años, alcanzando hasta 10.231 habitantes menos respecto a su máximo histórico. Esta caída no es casual, sino el reflejo de un proceso de estancamiento urbanístico, pérdida de atractivo residencial y dificultades en la renovación del tejido urbano. Mientras otras ciudades del área metropolitana de Madrid han seguido creciendo o recuperándose, San Fernando y Coslada parecen atrapadas en una tendencia de decadencia que urge revertir.
¿DÓNDE Y CÓMO RESIDÍAN ESTOS HABITANTES PERDIDOS?

La pregunta es inevitable: si ambas ciudades llegaron a albergar más de 10.000 residentes adicionales, ¿qué ha pasado con ellos? ¿Se han mudado por falta de vivienda adecuada, por una oferta insuficiente de nuevos desarrollos o simplemente porque la calidad de vida ha decaído?

San Fernando ha sido golpeado por factores especialmente graves.
El hundimiento de viviendas causado por las obras del Metro ha supuesto la demolición de 90 hogares, un golpe sin precedentes para la ciudad. Además, la paralización del proyecto de la Plaza de España dejó cerradas 168 viviendas que deberían haber revitalizado el centro urbano, pero que permanecieron embargadas y fuera del mercado hasta hace poco. Otros desarrollos, como el sector UG5 en la avenida de Somorrostro, añadieron 300 viviendas nuevas, pero en su mayoría fueron adquiridas por vecinos ya residentes en la localidad, sin atraer nueva población. Lo mismo ocurrió en el barrio de Montserrat y en la remodelación de José Alix, donde muchas de las nuevas 175 viviendas fueron ocupadas por antiguos residentes realojados.
El casco antiguo de San Fernando, rodeado de barrios de casas bajas y edificios sin ascensor construidos entre 1950 y 1970, ha visto cómo el proceso de renovación urbana que comenzó en los años 90 se detuvo tras la crisis de 2008. Desde entonces, apenas se han promovido nuevas construcciones, dejando estancado un parque de viviendas envejecido y poco atractivo para nuevas familias o jóvenes que buscan establecerse en la ciudad.

En el caso de Coslada, la situación no es mucho mejor, de hecho es el municipio que ha perdido más población.
Su último gran crecimiento se dio con la construcción del Barrio del Puerto, con cerca de 3.000 viviendas entre finales de los años 90 y 2010. Posteriormente, el barrio de La Burbuja añadió 400 viviendas más, aunque su comercialización fue lenta debido a la crisis financiera global. Sin embargo, el gran desarrollo urbanístico previsto, el Barrio del Jarama con 4.000 viviendas proyectadas, quedó paralizado tras la urbanización parcial del terreno en 2007. A ello se suma la incertidumbre generada por el cierre del tramo de Metro entre San Fernando y el Hospital del Henares, afectando gravemente la viabilidad de este barrio.

CONSECUENCIAS DEL ESTANCAMIENTO URBANÍSTICO Y LA NO RENOVACIÓN DE LA CIUDAD EXISTENTE.
La falta de desarrollo y renovación urbana ha tenido efectos directos sobre la demografía de ambas ciudades:

Fuga de población joven: Al no encontrar vivienda accesible o atractiva, muchos jóvenes optan por mudarse a municipios vecinos con mejor oferta.

Envejecimiento del parque de viviendas: La escasez de obra nueva y la falta de rehabilitación de edificios antiguos hacen que San Fernando y Coslada pierdan competitividad respecto a otras ciudades.

Descenso en la actividad económica: Menos habitantes significan menos consumo, menos comercio y menos inversión en servicios locales.

¿QUÉ SE PUEDE HACER ANTE ESTE ESCENARIO?
Es imprescindible adoptar estrategias decididas para frenar esta tendencia y devolver a San Fernando y Coslada su dinamismo residencial:
1. Puesta en uso de viviendas vacías:
La recuperación de las 168 viviendas de la Plaza de España debe traducirse en una estrategia inmediata de ocupación, ya sea a través de venta o alquiler asequible.
2. Impulso a la rehabilitación urbana: Incentivar la modernización de edificios en el casco antiguo, facilitar la instalación de ascensores y promover mejoras en eficiencia energética.
3. Reactivación de los desarrollos paralizados: Es urgente solucionar los problemas que afectan al Barrio del Jarama y otros sectores con capacidad de crecimiento.
4. Garantía de transporte público eficiente: La restauración del servicio de Metro en San Fernando es clave para devolver confianza a inversores y residentes.
San Fernando y Coslada no pueden permitirse seguir perdiendo población ni oportunidades. Es momento de exigir soluciones y recuperar el impulso que alguna vez las convirtió en ciudades atractivas para vivir y crecer.
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