El vecino pueblo de Vicálvaro guarda una estrecha relación con el Real Sitio de San Fernando. Y es que en 1751 se produce el traslado de la fábrica de tejidos de San Fernando a Vicálvaro conservando el nombre de aquel. Se eligió para albergar sus dependencias la casa perteneciente a los Padres Trinitarios que estos tenían en Vicálvaro. Se acondiciona el edificio, estableciendo una casa cuartel para el alojamiento de los trabajadores.
Entre 1751 y 1753 se construyó la fábrica de nueva planta en las eras de Vicálvaro, a esta solo se trasladaba en los tres meses de verano la producción de la del Real Sitio de San Fernando a consecuencia de la virulencia de las fiebres que asolaban aquel en el periodo estival. En 1753 se desplazó completamente la Real Fábrica al nuevo edificio en Vicálvaro quedando sin uso el edificio de San Fernando.
No hay que ser muy docto en economía para entender el despilfarro de tiempo y recursos que este traslado originó tras la enorme inversión realizada en la fábrica y nueva población del Real Sitio de San Fernando.
El nuevo edificio para la Real Fábrica levantado en Vicálvaro, se dispone alrededor de un gran patio, similar solución a la de San Fernando, como era habitual en este tipo de construcciones industriales de la época. No se conservan planos de la fábrica pero sí de su etapa en la que ya era cuartel de Vicálvaro. En dicho plano se puede ver lo dicho al principio, ese nuevo tipo arquitectónico de fábrica bloque, de planta tradicional cerrada en torno a un patio interior, en torno al cual se ordenaban racionalmente las diferentes dependencias que albergaban las diversas fases del trabajo, ofreciendo un espacio unitario y cerrado al entorno urbano, bien iluminado y ventilado, y en el cual se podía controlar fácilmente la totalidad del proceso de fabricación.
El edificio se construye íntegramente en ladrillo, evitando una fachada monumental en piedra como de la que se dotó a la fábrica en el Real Sitio de San Fernando y cuyos restos hoy se integran en el edificio del Ayuntamiento. Este hecho denota la necesidad de construir de prisa que hubo para trasladar al nuevo edificio la fabricación de paños que se hacía en San Fernando. La realización en ladrillo fue de buena calidad y manufactura.
El fracaso por razones de salubridad de la Real Fábrica de Paños de San Fernando, fue el origen en definitiva del edificio que la albergó en Vicálvaro, que con el devenir de la historia fue cuartel de artillería y hoy sede de la Universidad Rey Juan Carlos.
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